Pero los hombres siempre creativos, fueron elaborando formas alternativas de ver las cosas.
Los
hombres, casi sin excepción, paralelamente a los conocimientos adquiridos en el
contacto con la naturaleza, buscaron un camino fácil buscando manipular a la
naturaleza, un camino equivocado. Buscaron provocar las lluvias y el sol y la
fertilidad y fecundidad de la tierra imitando a la naturaleza mediante ciertos
ritos de magia simpática. Otros, no satisfechos con los resultados obtenidos,
avanzaron un paso más y desembocaron en el animismo, en la creencia de que la
naturaleza está sometida a ciertos seres, caprichosos como ellos, pero más
poderosos. El sol se convirtió en la carroza llameante de Febo; el trueno y el
relámpago en las armas de Zeus o Thor. Los hombres intentaron tener propicios a
esos seres, posiblemente recurriendo a ritos idénticos o derivados de los
practicados en la otra fase más primitiva. Otros, al observar las estrellas
fijas y los movimientos regulares de los planetas, concibieron la idea de un
Hado inmutable que regía los destinos humanos, los cuales, por consiguiente,
podían leerse en el cielo. Es evidente que hay que integrar el estudio de la
magia, astrología y religión en el del origen de la ciencia, por más que
desconozcamos aún las relaciones históricas concretas que existieron entre
ellas entre sí y con la ciencia. Así aparece el conocimiento mágico, mítico, animista, religioso y hasta poético.
Mitología griega

Poseidón, Dios del Mar
Zeus
Ve en YouTube el video: Dioses de la Mitología Griega de Cristian Durán Molina.
http://youtu.be/koD7v5gfllc
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